jueves, 30 de julio de 2009

El fútbol y la crisis (I)

El verano futbolístico, el de los traspasos de jugadores, avanza y se acerca hacia su final pero ya en estas fechas podemos hacer una cierta retrospectiva interesante acerca de su situación.

No pretendo valorar si los fichajes han sido acertados o no, si tal o cual jugador será la estrella o el fracaso... sino más valorar la importancia que en tiempos de crisis represente el fútbol en la sociedad y porque no, también valorar si algunos gastos son apropiados para ésta época.

El fútbol es conocido como el deporte rey en la vieja Europa dejando atrás a otros deportes sin duda más sacrificados en lo físico pero con un menor tirón social. El fútbol es el único, o prácticamente el único deporte que es capaz de aglutinar a masas de personas impresionantes para festejar una victoria o para llorar una derrota, podemos tomar como ejemplo las celebraciones que en los últimos meses hicieron los aficionados culés tras la consecución del triplete por los azulgranas, o más cerca, los miles de oviedistas que festejaron el ascenso del Real Oviedo a 2ªB el pasado mes de mayo.

Se trata de un deporte pasional en la grada o en el chigre, en el que unos y otros debaten abiertamente acerca de que jugador es mejor, si hay que despedir al entrenador, etc Todos somos seleccionadores nacionales, cada aficionado al futbol llevaria a unos jugadores u otros a la "Roja" y todo ésto permite a muchos ciudadanos olvidarse por unos momentos de sus problemas de trabajo, familiares, económicos y les permite una relajación de su vida personal, como un descanso.

Es por ello que en muchas ocasiones mucha gente pierde los papeles en los Estadios o en los bares cuando entra a discutir de fútbol ya que aprovechan los partidos para descargar esas tensiones personales acumuladas durante la semana.

Pero en el fútbol también encontramos situaciones paradójicas como es el gasto tan desproporcionado que algunos clubes están haciendo este verano en especial el Real Madrid y el Barcelona. Quienes me conocen saben que no soy madridista precisamente, pero procurando ser objetivo no dejo de reconocer que los fichajes de Cristiano Ronaldo (me resisto a emplear esas siglas de CR9 pues me parecen absurdas) o de Kaká. que no creo que venga por la gracia de Dios sino por la de los euros, van a relanzar el nivel de nuestra liga.

A pesar de eso, veo en estos fichajes una clara hipocrecía ya que gastar 161 millones de euros solo en dos futbolistas, que si sumamos los gastado en el francés Karim Benzema nos vamos a la nada desdeñable cifra de 196 millones, algo asi como 34 mil millones de las antiguas pesetas, en especial cuando desde todos los ámbitos se esta haciendo una llamada a la moderación en el gasto cuando como se publicó en varios medios de comunicación con el dinero que se gastó el Real Madrid en esos fichajes se podrían acabar grandes obras en Asturias. Lo mismo que considero para estos fichajes lo considero para la compra de Ibraimovich por el Barcelona, un despilfarro.

No voy a poner en duda que en términos empresariales esto suponga una importante operación ya que estos jugadores son capaces de generar cantidades económicas increibles en venta de "merchandising" pero creo que hay que tener una medida para estos gastos, muchisima gente no llega a fin de mes en cambio se habla de dinero en el futbol como quien habla de garbanzos, como si fuese algo sencillo de conseguir y para nada es así.

En la próxima entrega hablaré sobre la disparidad económica dentro de futbol: clubes grandes y pequeños.

lunes, 20 de julio de 2009

Financiación: ¿realidad o ficción?

Llevamos casi dos años a vueltas con la finaciación de las Comunidades Autónomas y la semana pasada por fin se llegó a un acuerdo en el que todas parece que salen ganando o al menos asi se vende. Pero como todo gran acuerdo, y en especial, éste con tan dilatada negociación arroja sus dudas.

Si alguien pierde ne todo esto es el Estado central ya que cede más de sus ingresos para que sean las Comnidades quienes lo gestionen por lo que aquello que depende del Estado se verá perjudicado en especial lo relacionado con las infraestructuras, política de defensa, política exterior, sistema policial....

Por desgracia poco ha trascendido de ese acuerdo ratificado recientemente, aun con la abstención de las Comunidades gobernadas por el PP que con una mano se abstenian pero con la otra cogían el dinero (anacronismos que deberian ser explicados a la opinión pública), ya que solo se habla de cifras y más cifras pero no de como se deben gastar.

Es relevante y de vital importancia que el Estado ejerza un cotrol sobre como se han de gastar esos fondos extraordinarios que recibirán las CCAA ya que de lo contrario se caería en lo que sería un grave error, la aparición de unas grandes diferencias entre las diversas Comunidades Autónomas.

El Estado central debe, a mi juicio, de forzar a las CCAA a que homogenicen los servicios básicos entre todas ellas, para que nadie reciba menos que otro sea de donde sea. Esa sería la clave para que este acuerdo funcione de verdad.

Para ello se deberían de articular una serie de proyectos legislativos, al estilo de la Ley Ogánica de Enseñanza, para las principales materias que afectan a la ciudadania, en especial la sanidad, la educación, la ley de dependencia... para ello estas normas deberían de aportar unos mínimos de servicios que todas las CCAA deben de garantizar y a prtir de ahí aquellas que en consenso con el Ministerio correspondiente y en vitud d una buena gestión decida aportar más fondos o más servicios adelante, pero nunca en merma a esos servicios básicios que se deben de garantizar.

Este acuerdo a la ciudadanía ha llegado muy dañado por las actitudes erroneas de los políticos, es lógico que todos quieran más para la CCAA que gobiernan pero trsite es que cuando estas aceptando lo que te dan te pongas a criticar al otro porque recibe más, o porque ha negociado mejor, o lo que es más triste, porque es de un signo politico contrario.

Esperemos que este acuerdo sirva para un mejor funcionamiento del Estado español y que se puedan equilibrar servicios entre las diversas Comunidades